La perra Princesa (5 años) de raza mezclada se emociona muy rápidamente y lo manifiesta ladrando incontrolablemente. Este es también el caso cuando ella se alegra mucho, por ejemplo cuando sale de la casa a dar un paseo. El dueño decidió finalmente hacer algo al respecto, después de todo no necesita saber todo el vecindario cuándo sale a pasear. El objetivo del entrenamiento fue lograr que Princesa saliera de la casa sin ladrar.
Para lograr este objetivo, no hizo falta ningún entrenamiento extensivo, sino simplemente observar algunas pautas cada vez que su dueño sacaba a Princesa a pasear. Los componentes de la medida fueron el refuerzo positivo si mostraba el comportamiento deseado y la marcha atrás si no lo mostraba. Gracias a la perseverancia del dueño y la adherencia estricta a los pasos a seguirse, Princesa aprendió fácilmente, de manera divertida, y se ganó muchas recompensas.
Balance del éxito:
Hoy Princesa sale de la casa tranquilamente y sin ladrar. En total, la medida ni siquiera duró dos semanas. El entrenamiento simplemente se incorporó a la rutina del paseo. Se consiguió con un total de alrededor de una hora (30 veces 2 minutos cada vez que se salía) que se necesitaron para enseñarle a Princesa a salir de la casa en silencio en lugar de ladrar histéricamente. Adicionalmente, durante el paseo, Princesa ahora se comporta de manera mucho más tranquila y menos emocional.
Como siempre: ¡La paciencia y la persistencia son la clave del éxito!